martes, 13 de noviembre de 2007

Vidas Ejemplares

El pasado jueves 8 de Noviembre, Leinad Zivro (alias Daniel Orviz) ofreció un espectáculo histórico que sin duda quedó grabado para siempre en la memoria del atónito público asistente.

Con el pretexto de dar un 'recital de poesía', Dani y su compañero Alberto Rivas, nos regalaron una genial performance titulada "A pleno Plumón", pero que bien podría haberse llamado "El Mayor Espectáculo del Mundo". Y lo digo sin exagerar, porque si el show hubise costado 60€ los hubiera pagado de buena gana. Y eso que la actuación se hizo en el bar Bukowski, que debe tener 5 metros cuadrados, pero que se llenó hasta las trancas de lo que yo a ojo calculo unas 50 personas.


Mi granito de arena consistió en unos dibujos que Dani me había pedido para el segmento "Vidas Ejemplares". Buena excusa para poner un trocito de lo que fué aquella noche de poesía Danielesca. Va por uztede...




VIDAS EJEMPLARES
de Daniel Orviz









Robert Johnson hizo un pacto con el diablo
en un cruce de caminos.

Cansado de dormir en los establos
vendió su alma, sé de lo que hablo,
por ser dueño del Blues de su destino.

Y al diablo le tocó, con mano lenta,
después, y él lo invitó a brindar con vino.

Y al ir a regresar hacia su puerta
cuando sonaban los primeros trinos
el pobre Robert olvidó el camino
y se pasó un buen rato dando vueltas.









Más tarde, un Jimi Hendrix muy enfermo
también plasmó su rúbrica completa
en tan fatal espacio,
aunque le había advertido el de los cuernos:

“Mejor, chaval, que en esto no te metas,
mira que eternamente, en el infierno,
serás blanco, y tendrás el pelo lacio”

Pero él era más listo, y más hermoso.
Sin tener aún edad de hacer maletas,
salió del paso de un modo ingenioso
y, con una escapada muy discreta
huyó pedaleando a otro planeta...



....el día en que el famoso
Doctor Hoffmann le prestó su bicicleta.


***********













Jean Paul Sartre sentía una gran aversión
por las cosas que el tiempo afeaba.

Le gustaba tan sólo la contemplación
de las sucias paredes de su habitación
cuando se quedaba en la cama.

Y el espejo, que es sabio, le dio la razón
en el filo de aquella mañana
en que vio frente a sí, sin ninguna emoción
el reflejo cansado y casi marrón
de su propia expresión arrugada.

Libre ya de complejos, y ya sin pasión,
sin consejo posible para tal cuestión,
Jean Paul prefirió no hacer nada
más que hablarle sereno a través del salón
a su fiel compañera , que, desde el rincón
le observaba abrazando la almohada:

“No se puede negar ni de lejos,
nos hacemos viejos.
Simone, esta broma se acaba”
“Y este tiempo cabrón me ha logrado cambiar,
me ha tornado en un ser miserable,
y me ha ahogado en dolor, consumido en pesar,
y me ha hecho hasta ansiar el final.

Pero, escúchame bien,
lo que nunca va a poder lograr
es hacer que me sienta culpable.”

“Por las cosas que hice en el día de ayer
por sentir, por vivir, por pensar,
por las cosas que haré todavía.

Pues si al anochecer ha de venirme a ver
al final esa zorra sombría,
mejor que sentarse a esperar,
¿Qué otra cosa podemos hacer,
compañera y amiga,
mujer
que salir a quemar
lo poco que queda del día?.”

*************



Hubo un tipo hace mucho en el desierto,
llamado Jesucristo.

No era mala persona, más lo cierto
fue que se vio metido en un entuerto
por haberse pasado algo de listo.

Pero segundos antes de caer muerto,
cuando hubo terminado su calvario,
a todos los que seguían despiertos
les confesó de corazón abierto
que tanto llanto no era necesario.

“Pues aunque acabe así, como el rosario,
lo pasé bien llevándoos al huerto.”





Y luego alguien llamado Torquemada
mantuvo vivo el fuego, por lo visto,
la madrugada entera,
dejando, contra todo lo previsto
la memoria de Cristo bien marcada
para generaciones venideras,
y, como de pasada,
pasando a todo Cristo por la hoguera.

Pero cuando ya había amanecido
le confesó al hereje que aún quedaba,
“Si a tantos he hecho arder, amigo mío,
¿Cómo es que tengo ahora tanto frío?
¡Joder, es que yo ya no entiendo nada!”

****************







Barbanegra de noche soltaba el timón
y miraba la mar estrellada.

El murmullo del viento, como una canción
producía un crujido de satisfacción
al besar la madera mojada.

Conteniendo la respiración,
manteniendo entre sombras su cara,
desde el puente de mando le hablaba a su tripulación,
que escuchaba callada.

“No temáis el dolor”, les decía,
“No temáis en la lucha del día fallar.
No temáis, porque no existe herida
que real, y no siendo del todo mortal,
y no siendo en el fondo querida,
no la acabe pudiendo secar al final
la sal de este mar que es la vida”
“Bebed y reíd si está en calma,
huid del lugar donde moran
y os hacen sentiros pequeños
la desilusión y el lamento.
Luchad, y entregad vuestras almas
para que las lama
el suave designio del viento.
De vuestro destino sed dueños,
y luego acudid sin demora
si viene la muerte y os llama.
Y no malgastéis ningún sueño,
porque al despertar ¿Quién no ignora
si va a volver vivo a la cama?
Por eso a esta suerte maldita
le ruego que no nos permita
criar en la barba una cana,
y al viejo compás de estas olas
os digo, brindemos ahora,

...Y a ver que nos pasa mañana”




Actualisheishon: Aquí tenéis un 'sneak peek' del recital, en dos partes: